Luego de unas semanas de vacaciones, y de regresar a la ciudad y retomar las dinámicas laborales, estamos de vuelta en este espacio. El regreso viene con una novedad, y es que he decidido ampliar el espectro temático para incluir no solo la bici sino también la cerveza. Bici + Pola son una excelente combinación, de esfuerzo y placer, de culturas y estilos de vida que se mezclan y complementan. Además, en Bogotá, la ciudad donde vivo, las cultura ciclística y de la cerveza, están en pleno furor. Podría pensarse, que el auge de la bici y la pola, como se le dice a la cerveza en Colombia, es reciente, dada la cantidad de infraestructura urbana adaptada para la movilidad en bicicleta, y la proliferación de locales para la venta y consumo de cervezas artesanales. Sin embargo, es un movimiento cultural que ha venido gestándose en una larga tradición de ciclistas urbanos y de ruta y de cervecerías industriales en el siglo XX, y que en el siglo XXI encuentra, un impulso particular, de acuerdo a los cambios en la movilidad urbana. Nuevas formas de encontrarnos y de explorar la ciudad, de descubrir paisajes y alrededores rurales, nos llevan no solo a movernos en bici, sino también a saborear los sabores de la cerveza. Sabores que han pasado, hoy en día, del monotemático sabor de 2 o 3 cervezas lager producidas industrialmente, a una gran variedad de sabores, producidos con distintos métodos, lúpulos, frutas, y cereales. Así pues, las notas, rutas, y pistas, que compartiremos en este espacio, abordarán el ciclismo y la cerveza, algunas veces de forma combinada, otras veces por separado, pero siempre con la intención de compartir experiencias y aprendizajes en este par de culturas en Colombia.